En Deporlegal.com  consideramos tan importante educar en los valores del deporte a todos los jugadores/as como a todas aquellas personas que  son parte fundamental del crecimiento de los niños/as, y es por eso nos sentimos obligados a informar y orientar a los padres de los pequeños deportistas para que entiendan todo lo que el deporte significa y el trabajo que los clubes llevan a cabo..

Allá donde hay un niño o una niña que empiezan a practicar deporte, hay un padre, una madre, un abuelo…, y es, en ese momento, cuando el niño o la niña  en su primer entrenamiento, cuando comienza su formación, pero también la de sus acompañantes.

Los entrenadores realizan su labor formativa en el terreno de juego, el club debe comenzar su culturización deportiva en la grada.  Debemos tener en cuenta que, si los responsables de un club deportivo tienen la importante labor de intentar tener a los mejores formadores posibles y una filosofía de club deportiva y social, y también  deben ser conscientes de intentar fomentar el mejor entorno posible para que esos niños y niñas crezcan dentro de unos valores positivos que les formen, no solo como jugadores/as, si no también como personas del deporte.

Todos conocemos, hemos visto o padecido, algún padre que “juega” a ser entrenador, árbitro, ayudante, directivo… sin ser conscientes del tremendo daño que están causando al equipo, al entrenador, al club y al baloncesto, pero especialmente a su hijo/a.

Algunos padres  son los mejores técnicos, los mejores árbitros, los mejores directivos… Tremendo error , que ellos mismo por si solos, no son capaces de ver, y es aquí donde entra la labor del club. La tarea no es fácil, requiere de tiempo, paciencia, comprensión… y mucha psicología.
A la vez que se inicia la educación del niño o niña hay que comenzar la educación de los progenitores mediante charlas en las que podemos trasladar una serie de consejos a seguir, que no ordenes , donde explicaremos uno por uno los consejos justificando su porqué. –

Este trabajo no se realiza de un día para otro y debemos ser constantes en la formación de los adultos al igual que  en la de los jugadores/as.

Desgraciadamente pueden existir adultos que a pesar de las charlas y convivencias establecidas para su formación, no se dejen aconsejar ni educar en unos valores deportivos basados en el respeto. Es aquí cuando debemos hacer ver, a la persona en concreto, que su comportamiento, del que él no se da cuenta, está siendo perjudicial para todos.