La disciplina es un recurso y puede desarrollarse, y debemos entender que para jugar juntos como equipo, necesitamos esa disciplina, ese orden clarificador de ideas y acciones.
El entrenador debe trabajar sobre las fortalezas de sus jugadores, desarrollar una cultura y una filosofía de juego, donde los valores del equipo priman por sobre el resultado. Los tiempos han cambiado, y debemos volver a los fundamentos del ser humano. No podemos limitarnos a seguir enseñando solamente técnica, y táctica de juego, creyendo que el espíritu del deporte ya es un tema sobreentendido.
No, es nuestra responsabilidad, en enfocarnos en el desarrollo de las personas, en la búsqueda de futuros líderes, aquellos inspiradores, que transformen la visión de un equipo en acciones compartidas, desde las pequeñas acciones comunes, hasta la simplicidad de las actitudes cotidianas.
La disciplina, o la autodisciplina, es un valor fundamental en toda persona. Está relacionada a una forma de ser, una actitud, a conductas que llevamos a cabo en la consecución de objetivos marcados. Una persona con disciplina personal, no espera que otro haga su trabajo, no pone excusas, no depende de nadie, ya que “esos” son sus ideales personales.
Cuando hablamos de un deportista disciplinado, estamos hablando de trabajo duro,aceptación, persistencia, voluntad, tenacidad, orden. Combina elementos, como el orgullos en el desempeño, la responsabilidad en la acción, y la humildad en su accionar.
Fuente: Lic. Julia Alvarez Iguña
Psicología aplicada al Alto Rendimiento